viernes, 11 de septiembre de 2009

Víctima


Respiraba deprisa, hondo, a más no poder. No había sitio en sus pulmones para todo el aire que necesitaba y casi se había desmayado, incluso había empezado a ver los famosos puntitos negros que aparecen cuando se acerca uno a esa situación. Pero daba igual, lo importante es que había llegado. Había subido al último escalón, había llegado a donde quería llegar, donde el destino le marcó el camino hacía ya unos años y la voluntad junto al esfuerzo le abrieron el camino hasta allí.

Pero no encontró lo que buscaba, ni siquiera lo que quería, ni mucho menos lo que creyó ver tanto tiempo atrás allí arriba desde lo lejos. De hecho, todo lo que encontró fue otra escalera, que no se veía desde abajo, mucho más abrupta y peligrosa. El destino debía estar sonriendo, o directamente riéndose, desternillándose, incluso descojonándose de su situación y su cómica cara. Pero no quedaba otra opción, ni otro camino. Era su destino.

En cuanto volvió a respirar con normalidad, comenzó a subir lentamente el nuevo camino, incansable, siempre hacia arriba. Miró abajo, y vio que la marea seguía subiendo; esa marea que nunca bajaba y que le impulsaba a seguir con mucha más energía que el jocoso destino.

Era la Víctima, si, pero al menos tenía su propio futuro en sus manos. Y sabía lo que quería encontrar, sin miedo a los cambios, ni a los imprevistos.

Sin mirar atrás, a seguir adelante.


4 comentarios:

Yandros dijo...

Inevitablemente me ha recordado a una entrada que hice hace tiempo. Bueno a dos.

http://torredelcaos.blogspot.com/2009/03/eleccion.html

La segunda tiene un enlace en ésta.
No sé si es mejor llegar al destino o estar siempre en el camino porque si finalmente llegas, que te queda?
Un abrazo

Neus dijo...

La felicidad es el camino, dicen. Qué mejor que ir llegando a cimas que nos dirigen hacia otras cimas más altas? ;)

Reithor dijo...

Eso es autobombo :D

Esther dijo...

Es una actitud admirable, a pesar del cansancio, de lo arduo de todo... Admiro esa actitud, muchos pueden caer, quedarse en la escalera... Pero, él, a pesar de todo...

Me gustó mucho. Un mensaje semioculto entre líneas...

Saluditos.