Respiraba deprisa, hondo, a más no poder. No había sitio en sus pulmones para todo el aire que necesitaba y casi se había desmayado, incluso había empezado a ver los famosos puntitos negros que aparecen cuando se acerca uno a esa situación. Pero daba igual, lo importante es que había llegado. Había subido al último escalón, había llegado a donde quería llegar, donde el destino le marcó el camino hacía ya unos años y la voluntad junto al esfuerzo le abrieron el camino hasta allí.
Why This Year’s League is Unpredictable
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Hace 3 semanas
4 comentarios:
Inevitablemente me ha recordado a una entrada que hice hace tiempo. Bueno a dos.
http://torredelcaos.blogspot.com/2009/03/eleccion.html
La segunda tiene un enlace en ésta.
No sé si es mejor llegar al destino o estar siempre en el camino porque si finalmente llegas, que te queda?
Un abrazo
La felicidad es el camino, dicen. Qué mejor que ir llegando a cimas que nos dirigen hacia otras cimas más altas? ;)
Eso es autobombo :D
Es una actitud admirable, a pesar del cansancio, de lo arduo de todo... Admiro esa actitud, muchos pueden caer, quedarse en la escalera... Pero, él, a pesar de todo...
Me gustó mucho. Un mensaje semioculto entre líneas...
Saluditos.
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