jueves, 12 de febrero de 2009

Sobre la mesa



Un día más en la rutina apática y demasiado cíclica. En su pequeña aldea, los días pasaban mientras veía recuerdos de su añorada España en cada uno de los detalles que saltaban en las sucias calles. De vez en cuando recordaba algún suceso suceso especial y una sonrisa se abría paso entre sus dientes, para asomarse al ardiente sol ecuatorial. Al llegar a casa, el buzón contenía algo más que facturas; un sobre con la dirección escrita a mano, con esa escritura que identificaría durante toda su vida de un simple vistazo. Su pecho se hinchó de emoción, acelerándose el pulso y viendo una pequeña salida al día a día. Subió por la escalera, ignorando los perennes griteríos de los vecinos, llegó a su ático y la abrió. Comenzó a leer, una, dos, tres veces, se empapó de cada una de las vanas noticias, algunas leídas en los periódicos hacía semanas, pero no importaba. Otras partes más personales, que en lugar de tres fueron treinta veces. No quedaba mucho para regresar, aunque se hacía eterno. Y eran tan pocas las noticias que le llegaban de casa... Cada carta, un tesoro. Nada podía igualar a la imaginación volando entre líneas.

Sin demora y posponiendo la cena, se apresuró a escribir su respuesta; que le llegue cuanto antes. La vida había elevado un peldaño su calidad.

5 comentarios:

Cuchufletas en Vinagre dijo...

Creo que hay pocas cosas que llenen tanto de alegría como recibir una carta (y no una factura)

kel dijo...

No sé por qué pero siempre hace más ilusión una carta que la versión electrónica actual, será que se puede tocar y oler, o llevar a todos lados y releer una y otra vez. Yo tengo guardadas todas las cartas en la típica caja de zapatos. Hay una de una amiga que me metió una fiesta de cumpleaños dentro y cada vez que la leo sigo poniendo el suelo perdido de confeti :)

Neus dijo...

Buah... Qué ilusión hace recibir cartas cuando estás tan lejos...
Y como me gusta a mí leerte cuando escribes así ;)

Reithor dijo...

¿Y de la ilusión de echarla al buzón, que, nadie habla? :D

Neus dijo...

Yo soy una impaciente... si mando una carta, quiero que llegue YA! Y eso de esperar a que lo haga... buuuff! Jajajaja!