Lastre

Antes o después, en la vida de cada uno, ocurre algo que te marca, te hunde, te llena de vacío y se lleva el sentido que todo tenía dejando el nihilismo, una mueca sardónica, y de propina tal vez cascadas de lágrimas. Será un error, habremos tenido fallos que, tan humanos, acaban empujando en una espiral directa hasta el fondo; hasta morder el polvo que hay en el pozo seco.

A oscuras.

Sin agua, aire viciado, y con ese lastre que te mantiene ahí... mirando con nostalgia la luz que entra por las rendijas, por el ojo del que fuera un huracán tormentoso y se te llevara de tu camino hasta (el mundo de Oz) otro sitio completamente diferente. Quizás se parezca, incluso habrá quien diga que es el mismo sitio, pero no a tus ojos. ¿Le falta el color? ¿Insípido? ... y las uñas melladas de tratar de trepar por las paredes del pozo, pero ese lastre sigue colgado a tu espalda...

¿Semanas? ¿Meses? ¡Años! Nadie te lo va a quitar, tendrás que hacerlo tu solo. A veces vendrá gente a ayudar, agobio. A veces te ayudarán a pasar un rato, pero cuando los amigos se van, la música termina, apagan las velas con un flojo soplido y de nuevo a despertar rascando el ladrillo del fondo donde alguna raíz asoma, cual risa burlona, diciendo que hasta un inmóvil árbol es capaz de llegar fuera.

¿Prozac? No, gracias.

La salida de semejante laberinto es todo un misterio, y vamos dando tumbos hasta que un día, de repente, te encuentras de repente frente a aquello que te pisoteó hasta llenarte de barro los bolsillos, de asfalto la boca y con ganas de ser enterrado en vida... y no te vuelves a hundir, NO, sino que le haces frente, descubriendo que has cambiado en todo ese tiempo. Has crecido. Y lo que daba miedo, ahora sólo trae recuerdos que te hacen sentir más absurdo que un puesto de Frigo en Potsdam, y el nudo gordiano se ha transformado en una lazada.

Tira del hilo, ¡liberate! Descubre que tienes alas otra vez, vuela, y no dejes que la vida, con sus trocitos de carbón, te trate como a un niño malo; y te convenza de que hay que sufrir y martirizarse.

Simplemente, vuela

"Mira, no hay nada ahí abajo.
Estamos flotando...
Pon las manos así, ¡arriba!
Da vueltas. Mira las estrellas.
Es como zambullirse en el Universo,
aquí no pasa el tiempo.
No pienses en nada o te caerás de pronto,
Sólo siente, disfruta ¡LLENA!
Tu vacío de momentos.
Tus pulmones de aire.
¡Tu alma de sueños!
No dejes de girar ni mires abajo,
sigue volando, ¡sigue volando!
Que la fragilidad se rompa en mil pedazos,
Que reboten en las paredes del infinito,
Y empiecen a brillar, a ser estrellas."

Y.F.F.