Cada vez

Cada instante juntos un tesoro, cada segundo lejos un anhelo. Cada frase un consuelo, cada sonido un reduerdo. Cada caricia un bálsamo, cada mirada un secreto. Cada sonrisa un secreto a voces, cada carcajada lo hace público. Cada foto un logro, cada imagen un sello. Sello bajo el que se esconde una mirada, una sonrisa, muchas frases e incluso algún sonido... pero con muchos segundos e infinidad de instantes.

Cada roce un escalofrío, cada beso un sueño. Cada despertar un gallo desconsolado que recuerda a los amantes cuidarse del sol. Cada atardecer un Sol que se pavonea ante la mirada de los amantes impacientes ante su marcha. Cada ilusión un océano donde bucear. Cada Sol medio secreto: dos soles en tu mirada. Mirada que me pide mil escalofriantes sueños tras el canto de un gallo mientras el atardecer conquista el mar para convertirse en océano.

Cada canción un motivo, cada poema una razón. Cada dibujo un deseo, cada boceto un sentimiento. Cada cena un honor, cada helado compartido un tributo. Cada juego un masaje, cada paso adelante un logro. Cada gota de amor destilada condensa dibujando bocetos gracias a las canciones y los poemas que se ocultan en los pequeños logros. Una cena maravillosa, y el helado, para los dos, por cada vez que jugamos, por cada vez que nos reencontramos siendo vapor que condensa en gotas de amor, que empañan todo lo de fuera mientras dentro, tesoro tras tesoro, se licuan los besos; un océano privado donde bucear.

Cada cuento, una historia que vivir; una vida con que merezca la pena ser escrita en un cuento.