lunes, 11 de agosto de 2008

Estrelladas



Hoy llegué pronto a casa. Aún era de día, y mientras te esperaba, sabiendo que tenía tiempo, me puse lentamente a preparar esa cena que no te esperas, la que llamarían típica por las velas, la que me podrían tirar a la cara cuando se trató de otra más egoista de esas que no aprecian los gestos y que tienes que mantener en su pedestas, adulando.

Pero eso se acabó.

Así, con todo el cariño que encontré recogiendo en cada rincón, al ritmo de canciones de estas que nos llevaron a estar juntos, cuando tenía todo preparado y terminaba de darle el toque especial que cada segundo de tenerte enfrente dispone, completamente distraído, no te oí ni abrir la puerta ni llegar. Pero al sentir tus manos llegar por la espalda y acariciarme, con la sorpresa que da, te reconocí al instante con lo que no hubo sobresalto, sino paz y esa sensación de bienestar que da el saber que has hecho algo bien. Que no saldrá en las noticias, vale; qué mas da. No hay nada con más valor que, en ese momento, al darme la vuelta lentamente ver la ilusión escrita en tu rostro, por la sorpresa de haberte encontrado con todo listo, preparado y lleno de cariño por todas partes. Para tí, para mí; una gotita más para hacer del mundo un lugar mejor, para transformar unas horas en motivos para que la vida exista.

Y merezca la pena.

Merezca la pena tanto como esta noche, compartida, mirando todas las estrellas fugaces; sabiendo que por un día hay suficientes para que se nos cumpla un deseo a cada uno.

2 comentarios:

Neus dijo...

Uoooh!! Yo tb quiero de eso!! Como mola, no? :D

Las cosas que no salen en las noticias suelen ser más importantes (egoístamente) que las que sí que salen, jejeje!

Reithor dijo...

pues no se si las más importantes, pero por lo general... son las más bonitas. Y el egoísmo a veces es necesario, en su justa medida... es como la mostaza.

Un besote ;)