Descaro

Aunque pueda resultar espontáneo, seguramente no lo sea; simplemente al no ver la causa que lleva a un suceso en concreto así lo parece. Pero no... las cosas siempre tienen su motivo, esa chispa, ese recuerdo que te hace buscar y rebuscar. Enfrentarte a todos esos montones de papeles que fuiste acumulando en el cajón que nunca querrías revisar para buscar un teléfono arrugado, probablemente sin nombre, pero que sabes de quién es por el recorte de servilleta. Apartar cientos de neuronas, como si se trataran de molestas telarañas ocultando el camino al recuerdo que andas buscando dentro de tu cerebro a la luz de una antorcha raída. Rebuscar, con gafas y aletas, a pleno pulmón entre la arena que sumergen las olas, esas que se llevaron el pendiente. Así, con estas y otras mil metáforas, un día acaba apareciendo un estímulo que lo ilumina todo, lo deja claro, y lleva a la acción sin esfuerzo alguno, para buscar, encontrar, y volver a tomar contacto.

En esos casos en que uno es el encontrado, realmente es... sorprendente. Una gran sensación, sentirse un tesoro, aunque sea pequeñito y por sólo unos cortos momentos. Tampoco es plan de llamar la atención. Lo que es cierto es que merece la pena conseguir que alguien tenga ese momento en el día que pueda decir "mira, algo diferente, esto no me lo esperaba". Esos detalles contribuyen a que la vida sea algo mejor.

Gracias por el Descaro.