Cuando las cosas salen a la primera, no se las valora lo suficiente. No tiraste la toalla, sino que te levantaste a dientes apretados guardando las ganas de salir corriendo y volviste a intentarlo. Por las bravas, o parando un momento a analizar la situación e intentar otra estrategia, da igual... lo importante es que no te rendiste, seguiste y la segunda vez lo conseguiste.
Enhorabuena, ahora sí que sabes cuánto cuesta un tesoro, ahora sólo hay que cuidarlo y amarlo.
1 comentario:
Existen las segundas oportunidades y ello es ya una maravillosa noticia! :)
Un abrazo quillo!
Publicar un comentario