jueves, 13 de agosto de 2009

Fugaz


El viento, cansado, decidió dejar de trabajar por aquella tarde. "Que sople otro", ese fue su último suspiro, que fue a rozar justo en la nuca de la chica de las medias conjuntadas con su amarilla boina francesa. Y el viento no se percató de que fue lo justo para erizar la piel en la nuca de aquella chica solitaria, ensimismada en su propio mundo, con la nuca al descubierto tras su último corte de puntas en aquella peluquería a la que no volvería. Su mundo, como si de una pompa de jabón se tratase, explotó ante aquella sensación; otra burbuja nació de donde estaba la primera: esa burbuja en la que sólo se veía la cara de aquel chico que estaba al otro lado de la acera. Su enorme sonrisa ocupaba toda la esfera brillante de la pompa, lo que era realmente gracioso dado que se veía del revés... y creciendo.

"¡Se está acercando!" Exclamó para sus adentros la chica, maldiciendo su corte de pelo estilo Cleopatra. Si tan sólo tuviera sus joyas doradas para apartar la atención de ese destrozo... Al menos, el amarillo de las medias y de la boina que le trajo su tía de París podrían disimular el detalle del pelo. Esta nueva pompa estalló, la deformada cara sonriente recuperó la normalidad; salvo la sonrisa que seguía siendo extraordinaria. Acababa de cruzar, con las manos en la espalda, y se acercó a la chica unos centímetros más cerca de lo que la cortesía de un desconocido recomienda.

Las medias amarillas temblaron ligeramente junto a las piernas que enfundaban, y fue el pie izquierdo el que traicionó la pose, flexionándose hacia atrás apoyando sólo la punta.

-Acabo de ver al viento acariciar tu nuca- Dijo el chico, sin dejar de sonreir un momento, con sus hipnotizantes ojos verdes dominando la situación. - Justo antes, me dijo que a quien acariciara le entregara esto.

Sacó de detrás de la espalda un ramo de flores, con una rosa coronando lo alto. Cogió una tarjeta del bolsillo de la camisa, que en un ágil movimiento quedó adherida a la rosa, y la sacó para dársela. Sin quitar la mirada de aquellos ojos verdes, de reojo la chica distinguió que estaba escrita a mano, y esos números debían ser un teléfono. Por si acaso se trataba de un truco extendió la mano y tocó el bolsillo por fuera, pero ahí no quedaban más tarjetas.

-Es la única.- Explicó el chico sin dejar de sonreir.- Ahora tengo que irme, pero que sepas que te acabas de quedar con mi corazón en la mano.

Así, el chico volvió a cruzar y se quedó esperando el autobús en la acera de enfrente. Ella le miraba, sorprendida, se había quedado sin palabras. "Y tú me has robado el mío", pensó, sujetando la rosa en la mano.

Llegó su autobús, y justo en ese momento vio que se le borraba la sonrisa al chico; con lo que decidió no subirse. Al marchar vio la sorpresa en su cara, y se decidió a cruzar. Se paró frente a él, le dio un cálido beso en la mejilla, y le susurró su propio número al oido, una sola vez.

-Si de verdad te has enamorado, lo recordarás. Y veré por el número que llama que eres tú. Entonces, te diré mi nombre.

Y se dio la vuelta para esperar de nuevo su autobús, sin pensar en la nuca expuesta al viento gracias a unas tijeras demasiado generosas. Mientras, sus medias amarillas dejaban un rastro de purpurina imaginaria tan hipnotizante como aquellos ojos verdes.

7 comentarios:

kel dijo...

Que forma más bonita de conocerse. Impresionante lo que puedes imaginar a partir de unas medias amarillas. Me ha gustado mucho.
Besicos

Violetcarsons dijo...

Ya estás aquíiiiiiii.

Que tal todo?

De donde eres entonces? jejeje

Sorry pensé que eres de aquí...

Violetcarsons.

Violetcarsons dijo...

Ya estás aquíiiiiiii.

Que tal todo?

De donde eres entonces? jejeje

Sorry pensé que eres de aquí...

Violetcarsons.

Metalsaurio dijo...

Muy bueno todo: la situación, el susurro del viento, el rastro de purpirina final...pero sobre todo el estilo a la hora de narrar.

Un saludo y a seguir! :)

Reithor dijo...

Gracias a todos :) Y llevo buena parte de la noche pensando en retocar el final...

Pugliesino dijo...

Todo parece existir ya, todo parece inventado, todo parece escrito, todo parece formar parte de algo ya pasado,
y sin embargo en algun punto de una ciudad, de una escena desapercibida derribas todo eso con una maravillosa historia de amor.
Tal vez llevada a un corto fueran unos minutos tan solo, como un anuncio, pero que a diferencia de estos, nada es artificial, sino uno de esos mágicos momentos que la vida tiene.

¡Muy buena quillo!

¿Retocarla :o?

Reithor dijo...

ya te has encontrado la versión retocada XDD Solo es una frase al final, nada más.

Muchas gracias por el elogio, muy valioso. Estoy esperando el látigo de angelical...

Un abrazo, nos leemos