lunes, 13 de julio de 2009

Dreaming (III)


La gota de sudor temblaba en el final de su ceja, amenazando por precipitarse a un vacío incierto. Hacía calor, como correponde a esa época del año en semejantes latitudes. Aunque eso no era lo importante... más bien, mirar a través de aquella espontánea gota, viendo todo del revés, se podían distinguir sus suaves rasgos aberrados por el efecto óptico: redondeados, resaltando aquellos fantásticos ojos que le miraban. Una sonrisa débil brotó en sus labios, e intentó acercarse a darle un beso, pero la punzada de dolor se le clavó en la ingle una vez más. Entonces recordó, y el terror surgió en sus fatigadas facciones. Se sacudió la maldita gota que no le dejaba ver bien, para descubrir, horrorizado, que aquellos ojos tan grandes a través de esa gota de sudor, habían perdido el brillo, estaban opacos. Un grito ahogado se asomó amargamente en su rostro, sin poder salir, y al girar la cabeza descubrió el amasijo de hierros y escombros. Aquel no era el terremoto que le había prometido, aquella desestructuración del mundo no había sido producto de su amor, ni de sus besos, ni de sus caricias; sino que todo se había caído por el corrimiento de la tierra. Esa tierra que tanto amaba le había faltado al respeto. Se vengaría... pero el dolor punzó de nuevo en su pierna.

Lleno de ira, rebosando rabia y frustración, se agarró la pierna, se la arrancó, y salió de un salto con la pierna sana llegando hasta las nubes. El dolor, al principio inconmensurable, fue cesando. Una vez arriba se concentró y al igual que los lagartos hizo crecer una pierna nueva en cuestión de minutos, lo que le dejó bastante extenuado y delgado, perdiendo la concentración y por tanto la levitación. Inconsciente, cayó. Iba volviendo hacia esa región devastada donde habían decidido establecerse, cada vez más rápido; cuando la propia aceleración le despertó con el viento en la cara. Consiguió retomar el control, y aprovechó la energía que adquiría en la caída para abrir una puerta temporal, meterse a través de él y viajar al pasado para cambiarlo todo...

... y se despertó en la cama. El sudor le caía a goterones por la frente. Miró alrededor, todo estaba en su sitio, y ella descansaba a su lado con el rostro inundado de paz, esa paz que sólo tienen los bebés cuando duermen sin preocupación alguna; ver aquello le hizo feliz. Se recreó unos instantes más, y tras ese pequeño deleite la despertó. "Tenemos que irnos, este lugar no es seguro". Esas palabras activaron un resorte, rápidamente se despertaron y se dirigieron a por el coche con lo puesto. Nada más arrancar, se dirigieron a la calle más ancha de la ciudad, y se pusieron lo más cerca del centro posible cuando la tierra comenzó a temblar.

4 comentarios:

Dama Blanca dijo...

Tu historia me ha puesto los pelos de punta, da miedo el simple hecho de imaginarlo. Genial (:

Y sí, Rage son GRANDES, con todas las letras y en mayúscula xD pero es que al principio iban a estar en cartel también Hammerfall... al final, Medina Azahara (que no está mal, oye, pero no puede compararse :P)

Pugliesino dijo...

Fragil como la textura de una gota, siente la mas mínima perturbación mas allá de la dimensión y regresar
a tiempo de salvarles.
Genial quillo, puede que fueran segundos solo, pero los descomprimes en un gran relato.

Hey ;) mola lo del fenix!

Sara dijo...

Me he quedado flipando cuando se ha arrancado la pierna... :o

Emma Grandes dijo...

Me acabo de dar un paseo por tu rinconcito y decirte que... ¡tus historias son fascinantes! Animaré desde mi rincón a que todo el mundo te lea :-)
Un saludo!