La memoria traiciona, dejando cada vez menos detalles de cómo fueron las cosas en la realidad y adormándola cada noche con una pizca de la sal que los sueños de cada noche esparcen entre nuestras neuronas. ¿Cómo fue aquel lejano verano? Al comentarlo con otros protagonistas te cuentan cosas que recuerdan, completamente diferentes a las tuyas. La nostalgia va dejando su rastro, diferente en cada persona, y al final el pasado no es más que loa suma de los recuerdos colectivos. Un esbozo de lo que fue, una sombra de lo que sentiste entonces, que se puede tratar de mantener en la memoria presente... a costa de que sean otros recuerdos los que sufran la oxidación y el deterioro del tiempo. El que nunca perdona. Y en su afán de evitar que esto suceda, por el miedo de que no quede nada después de la muerte, se inventaron los relatos y las historias, al ver que no era suficiente llegaron las pinturas rupestres; y finalmente llegaron las mil formas de escritura que habrán existido en la historia. No era suficiente para recordarlo todo, así que para que al rememorar las cosas se parezcan lo más posible a como fueron, aparecen otras formas de arte como la música, la escultura o la pintura. Es frecuente que un sonido o una canción pueda avivar recuerdos -y amansar a las fieras-, y una imagen vale más que mil palabras.
Lamentablemente, esta capacidad de almacenar información resultó un arma de doble filo, ya que el conocimiento se puede utilizar para mejorar el mundo, o para empeorárselo al resto para mejorar el micromundo propio. Llegados a este punto, la tecnología avanza incesante: se deja de escribir en tablas de cera y papiro para utilizar papel, aparece la imprenta para hacer copias a mansalva sin tener que escribir a mano, aparecen las máquinas industriales capaces de imprimir miles de periódicos al día, y finalmente la tecnología digital arriba al día a día. Pero en este punto, ¿Quién se acuerda de que todo esto se inició en torno a las hogueras de los cazadores, que contaban sus relatos y experiencias a los más jóvenes? ¿Quién recuerda cuales eran los miedos originales del ser humano? Porque si siguen siendo los mismos... poco hemos avanzado en dos millones de años. Y seguro que, si no recordamos cuales eran, es más que probable que resurjan.
Siempre con miedo y sin saber de que, dice Yosi.
Pero el miedo no aporta nada, solo quita: quita capacidad de acción, de análisis, quita libertad, lo quita todo. Hasta las ganas de hacer nada. Hasta las posibilidades de cambio, incluso cuando las cosas están tan mal que sea el cambio que sea no empeorará la situación.
Maldita pregunta, esa de" ¿Y si...?" Junto al egoísmo, lo peor de nuestra especie.
Lamentablemente, esta capacidad de almacenar información resultó un arma de doble filo, ya que el conocimiento se puede utilizar para mejorar el mundo, o para empeorárselo al resto para mejorar el micromundo propio. Llegados a este punto, la tecnología avanza incesante: se deja de escribir en tablas de cera y papiro para utilizar papel, aparece la imprenta para hacer copias a mansalva sin tener que escribir a mano, aparecen las máquinas industriales capaces de imprimir miles de periódicos al día, y finalmente la tecnología digital arriba al día a día. Pero en este punto, ¿Quién se acuerda de que todo esto se inició en torno a las hogueras de los cazadores, que contaban sus relatos y experiencias a los más jóvenes? ¿Quién recuerda cuales eran los miedos originales del ser humano? Porque si siguen siendo los mismos... poco hemos avanzado en dos millones de años. Y seguro que, si no recordamos cuales eran, es más que probable que resurjan.
Siempre con miedo y sin saber de que, dice Yosi.
Pero el miedo no aporta nada, solo quita: quita capacidad de acción, de análisis, quita libertad, lo quita todo. Hasta las ganas de hacer nada. Hasta las posibilidades de cambio, incluso cuando las cosas están tan mal que sea el cambio que sea no empeorará la situación.
Maldita pregunta, esa de" ¿Y si...?" Junto al egoísmo, lo peor de nuestra especie.
10 comentarios:
"No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo." Montaigne
P.D. Yo iba a decir algo parecido, pero vas a la wikipedia, buscas la misma idea de pero de un tipo famoso y quedas genial. Y sigue siendo la misma chorrada.
el unico lamontagne que conozco es este
"El valor no puede guardarse en una bolsa como unos huesos. Debe sacarse para que vea la luz, para que se haga más fuerte cada vez. Si crees que se mantendrá allí para cuando lo necesites, te equivocas. Es como cualquier otra parte de tu fuerza. Si no le haces caso, la bolsa estará vacía cuando más la necesites." (Palabras de Yesugei a Temujin).
No se si viene a cuento, pero ahi queda. Yo soy bastante cobarde, pero una vez que empiezas a enfrentarte a tus miedos y a olvidar los "y si"s cada vez es más facil. Lo dificil es empezar.
Que vas a ser cobarde... A ver cuantos son capaces de irse a trabajar al extranjero, y no me tires de la lengua...
por cierto, ¿quien son esos freaks de nick impronunciable?
Me he hecho la interesante, es del libro que estoy leyendo, el lobo de las estepas, ese de Gengis Khan. He leido esa parte en el autobús y lo he recordado al leer tu entrada.
Que complicados son los nombres mongoles. Seguro que eran así para que, mientras el oponente trata de decirlo, atravesarle con la Urga
Acabo de descargar el libro y esta misma tarde empiezo a leerlo.
Ya te comentaré mis impresiones, y ....
GRACIAS.
Un saludo
Josu
Venga Matrix, ¡gracias a ti y que lo disfrutes!
Pues el Montaigne al que yo me refefiero es un humanista francés (de origen sefardí) del renacimiento, de esos que tan pronto son filósofos que escritores, que políticos. Si algun día de aislamiento te aburres y te apetece cambiar completamente de tema, sus ensayos son una buena opción. Pero quizás sea más recomendable acercarse a él leyendo lo que ha escrito Zweig sobre él, aunque esa obra creo que está inconclusa.
P.D: Soy una inculta musical y yo no conocía a Lamontagne. Gracias por descubrirmelo. :)
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