domingo, 7 de diciembre de 2008

Vivir del Sol



Uno de los libros que más indignación me ha producido al leerlo fue Vivir del Viento, en el que se narra a modo novelesco cómo unos jetas, caraduras, o estafadores (cada cual que les ponga el adjetivo que más le guste) se forran quedándose dinero público. Será que es uno de los males inherentes al ser humano, primero el promover poner un bote, fondo común o generar un Estado en el que todos pagan unos impuestos ponderados y luego se reparte como mejor parezca para que más tarde cuatro jetas, caraduras o estafadores puedan meterle mano. Ya pasaba hace más de 2000 años, cuando Cepio "perdió" el Oro de Tolosa; por poner un ejemplo entre miles. Pues bien, la falta de honradez ha sido castigada durante siglos y siglos, pero al parecer sólo se aplicó a los casos menotres: la consecuencia es que la evolución ha reducido el número de estafadores a pequeña escala pero, a gran escala, ha aumentado.

Para muestra, un botón. (sí, este es el link a la noticia que quiero comentar)

¿Cómo es posible que un sector incremente el 900% su actividad cuando el mundo está en crisis? ¿Como es posible que lleguen a subastar el producto transportado desde China antes de desembarcar, se saltaron los precios preestablecidos -y no podemos producir placas solares nosotros-? ¿Como es posible que no haya concurso público ni listas abiertas de beneficiarios de ayudas públicas?

En fin, como cierra el artículo, alguien deberá pagar el pato. Y ya que se ha organizado tan bien por parte de los que tienen que vedar por el bote, fondo común, o impuestos de todos, que haya inspecciones regulares, ordinarias y extraordinarias, que verifiquen el correcto funcionamiento de esta fuente de energía renovable que tan cara nos sale a todos.

Si me queréis acusar de antiecologista, buscad antes cuánto cuesta hacer un panel solar, los materiales que gasta, etc. Que las cosas no son gratis.

No hay comentarios: