Lejos de todas las sorpresas que te llevas cuando sabes que tocan (tu cumpleaños, navidades y reyes), de vez en cuando y sin motivo aparente te sucede algo sorprendente, que de verdad no te esperabas y te llena de alegría mil veces más que cualquier regalo predecible, no en su forma, sino en si mismo. Será que ya no somos niños y suyo es el privilegio de disfrutar rompiendo papeles y envoltorios que quedan esparcidos por toda la casa, mientras la alegría sincera inunda su cara por ver cumplirse sus anhelados deseos. Pero eso ya quedó atrás... igual la razón para tener niños es poder transmitir esas sensaciones a alguien y disfrutar viendo cómo tus propios pequeñajos se llenan de ilusión siempre que sus padres pueden dársela. Pero para eso, aún me queda bastante camino.
Sorpresas, inesperadas, esas que dan la fuerza, traen la ilusión y te hacen verlo todo con mejor color y levantarte con más brío. Regalos intangibles, bienes impagables, donde el dinero no pinta nada; donde merece la pena, donde te sientes iluminado por el sol y recalentado a pesar de vivir en el polo norte.
Y no hay mayor sorpresa ni mejor regalo que tiempo, eso que se escurre entre los dedos como si fuera la arena del anciano reloj, sin poder volver a cogerlo; es el mejor regalo: cada segundo que eres feliz, es un segundo bien gastado.
Sorpresas, inesperadas, esas que dan la fuerza, traen la ilusión y te hacen verlo todo con mejor color y levantarte con más brío. Regalos intangibles, bienes impagables, donde el dinero no pinta nada; donde merece la pena, donde te sientes iluminado por el sol y recalentado a pesar de vivir en el polo norte.
Y no hay mayor sorpresa ni mejor regalo que tiempo, eso que se escurre entre los dedos como si fuera la arena del anciano reloj, sin poder volver a cogerlo; es el mejor regalo: cada segundo que eres feliz, es un segundo bien gastado.
3 comentarios:
Es muy bonito...
Vives, sorprendentemente, en un país donde el tiempo se escurre entre los dedos, y todo es casi casi sólo un pequeño flash. Y eso hace que me alegre infinito de ver que aún descubres esos instantes que de verdad merecen la pena.
Yo te deseo sólo una cosa: muchos muchos muchísimos momentos más así. Mucho mucho mucho más Tiempo del que disfrutar.
Y que nos lo cuentes, claro.
buenas marcos!!! acabas de definir de algún modo mi día de hoy...si lo llego a saber lo leo antes o te lo encargo...que admites peticiones por lo menos musicales...ocasionales claro está.
cómo me gustan los días en los que todo sale bien y son una sucesión de cosas inesperadas que ni en el mejor de mis sueños...ya tocaba.
un besazo chulapo!!! voy a ver si plancho que la almohada ya debe pensar que hoy libra...
Hola Bego! Gracias por animarte a pasar y escribir por aquí. La verdad es que sí, igual uno tarda en darse cuenta de que el tiempo es el mayor tesoro que tenemos, nos lo dan cuando nacemos y la mayoría lo gastamos (hay quien duerme en lugar de salir de fiesta, fijate tu...) Na, en serio, gracias por los deseos. Para tí lo mismo elevado al cuadrado, con lo que siempre será positivo :) Ya te pillaré en el jueguecito de las palabras, ya...
Mariacristina, no sabes como me alegra leer que has tenido un dia redondo (y con el uno delante). Espero que sea el primero de muchos, a ser posible seguidos :) Pero los detalles... ahí está la diferencia, en los detalles; entre lo bueno y lo excelente. Son los detalles los que generan la ilusión y las ganas de seguir aprovechando el tiempo. Un besote guapa, a dejar que Morfeo te de la brasa.
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