"¿Qué te pasa, estás bien?"
Silencio.
Ganas de responder que sí, aún a sabiendas que te mientes incluso a ti mismo. Pero ya no queda nadie más a quien engañar, a quien tapar las cosas, todos los que llegaron a interesarse dieron por hecho que sí estabas bien, que no querías hablar de ello, que no pueden hacer nada, o directamente no quieren enterarse (o enterrarse) en el marrón. Mientras tanto, todo da vueltas por dentro, el nihilismo se entremezcla con el vacío, la melancolía trae nostalgia, tristeza. Parece que va a estallar, la garganta está tan cerrada, el estómago como una olla a presión, pero no sale nada... sigues en
Silencio.
No queda nadie que te pregunte, y ahí te ves a tí mismo, una Mafalda frente a un plato de sopa frío, un canario enjaulado frente a un comedero vacío, un teléfono sin cobertura, la llave Allen que falta, el pez dentro de la nasa del pescador. Sin salida, sin poder escapar a ti mismo, con tu propia sombra estrangulándote ante la maldita pregunta que te corroe el alma, te hace buscar esa guadaña de la que casi todos huyen. Algún insensato como tú la busca, desafiando a todos los instintos de conservación que la evolución te ha otorgado. Pero da igual, incluso aunque haya más, te sientes igual, y la pregunta permanece ahí, tan inocentemente "emoletal".
Silencio.
Quema por dentro, para qué engañarnos, acabas esquivando el obstáculo con algún tópico que aleja al último interrogador, poniendo un tabique de arena mojada, castillo de playa, que encierra a la pregunta en una torre de la que escapa tan fácilmente... como escapa la risa de un bebé en esos ratos que hacen que se le caiga la baba a cualquier padre novel. Y la pregunta vuelve, para que, a pesar de haber mentido a todo el que la hizo, tengas la oportunidad de contestarte a ti mismo, y ganar un poco de la honradez que se te supone, ahora que no hay máscaras, que es el cara a cara definitivo, el espejo del corazón, el reflejo del alma, la copia simétrica que te revela todo lo que quieras saber con un poco de imaginación que le eches.
¡Respóndete!
Entonces te entiendes, no existen palabras pero todas las respuestas están ahí, todas las respuestas a sentirse "Estranged": de casa, de todos los buenos recuerdos. Harto del standby.
"En breve se pasa, no hay que preocuparse, que este lo aguanta todo es un máquina."
Por partida doble acaba el mes, 31 y luna nueva. Cuando un mes tiene dos lunas llenas, se le llama "blue moon" a la segunda; pero desconozco si dos lunas nuevas en Julio tiene nombre. Dejémoslo en Luna Negra.
2 comentarios:
El primer párrado... lo sentía casi como si lo hubiera escrito yo. Ya podríamos compartir alegrías y no sentimientos negros... :S
Cuesta tanto decirse a uno mismo "mira, estoy mal y no tengo ni idea de como cambiar eso". Tanto miedo nos tenemos a nosotros mismos? Tanto daño nos hemos hecho para no conifarnos nuestros propios sentimientos?
Y una pregunta siempre presente... cuando acabará todo esto? cuando volveremos a sentirnos "simplemente" bien?
Ninguna respuesta en el mundo. Sin luna. Sin respuesta.
(Acabo escribiendo más en tu blog que en el mío... :P)
Wey! Agosto, nuevo ciclo, toca mirar arriba y sonreir... La verdad es que muchas veces uno se siente así, que no encuentra palabras ni salidas ni nada, pero bueno. A acordarse de que la vida solo es una y pasarla de malas es tontería.
A mirar el lado bueno!!!
Un besote, y la luna, enseguida vuelve :)
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