Cual coyote, nada más aterrizar en Phoenix AZ pusimos rumbo al norte a recorrer el parque nacional del Gran Cañón del Colorado en búsqueda del célebre correcaminos, extraño ave de la fauna local (con el que, dicho sea de paso, ni nos cruzamos). Dos horas de camino para llegar a Sedona, un pueblo chiquitito pero muy turístico (con precios para turistas) situado en un valle donde todo es rojo: las rocas, la arena, el polvo y a los cinco minutos de llegar tus zapatillas. Muy impresionante, si señor. Para la cena, nos invitaron los jefes a su reencuentro con Alex Simonian, un electroquímico armenio afincado en Auburn (Alabama). Así que nos juntamos tres matrimonios procedentes de repúblicas ex-soviéticas, un español y un chino (suena a chiste, ¿verdad?) de los de Hong Kong, el bueno de Ward. El idioma, a pesar de las disculpas, se tornó a ruso inmediatamente y no dejó de ser así en toda la semana. Lejos de sentirnos discriminados, disfrutamos del partido de NBA que ponían en la tele, acompañados de un buen vino y un entrecot de los que hacía meses no comía. Que hablen, que hablen.
Al día siguiente, camino al Gran Cañón: otro par de horas de coche por unos desfiladeros magistrales, para llegar a la altiplanicie desde la que se disfruta del paraje natural, realmente sobrecogedor, y digno de ser considerado una maravilla natural (no se si hay siete o cuantas hay). Es sencillamente indescriptible. Kilómetros y kilómetros de cortes, cavernas y precipicios provocados a lo largo de una extensión que va mucho más allá de donde alcanza la vista. las fotos se quedan pequeñas, los objetivos parecen juguetes, mientras el sol abrasa a través de la crema protectora. Y mucha, mucha gente, viendo el impresionante lugar. A pesar de mi afición al descenso de cañones, no procedía en esta ocasión... Sin haber lugar para tanta foto en este blog, podéis encontrar una buena selección aquí. La vuelta se hizo un poco pesada, pero vamos, las cuatro o cinco horas que pasamos yendo de un lado a otro del cañón a ver todas las diferentes vistas, merecieron la pena. Por suerte el frente soviet se libró de los incordiantes angloparlantes y pasamos una tarde entretenida con cena sencilla y luego buscando los bares de Sedona, que los encontramos, y vimos un empeño feroz por parte de muchas señoras (de cuarentaymuchos -cincuentaytantos) en parecer teenagers, tanto en comportamiento como en forma de vestir, conduciendo a imágenes dantescas, rocambolescas y grotescas que me salvé de guardar en mi tarjeta de memoria. Para más inri, en todos los lugares era "la noche del DJ", y tocaba música electrónica. Hubiera preferido mariachis la verdad. Tanto era así que aquello estaba lleno de coyotes, y ni rastro del correcaminos... será que sabe a qué atenerse.
El domingo tocó visitar los alrededores de Sedona, algo más que recomendable. Hay una capilla construida sobre roca, y cada agrupamiento rocoso, incluso parte de sus detalles, tienen nombre propio. Impresionantes e imposibles formas, todas esas que nos suenan a dibujos animados, todas están juntitas y se pueden ver desde desde cualquier altura a la que te subas. Al poco nos juntamos con los rusos y fuimos a un parque estatal (el parque de red rock) donde había rutillas de (senderimo) paseo, y estuvimos unas dos-tres horas bajo un sol de justicia hasta para los que recogen melocotones, por supuesto con tal estruendo que los supuestos pumas, bobcats, rattlesnakes y otros bichos saldrían por patas una milla antes de que nos acercáramos. Se pueden ver muchas fotos aquí.
Y así se pasó el fin de semana en el gran cañón, sin incidentes, sin hablar mucho dadas las dificultades idiomáticas, y dispuestos a comenzar este congreso sin rastro del mítico roadrunner.
Al día siguiente, camino al Gran Cañón: otro par de horas de coche por unos desfiladeros magistrales, para llegar a la altiplanicie desde la que se disfruta del paraje natural, realmente sobrecogedor, y digno de ser considerado una maravilla natural (no se si hay siete o cuantas hay). Es sencillamente indescriptible. Kilómetros y kilómetros de cortes, cavernas y precipicios provocados a lo largo de una extensión que va mucho más allá de donde alcanza la vista. las fotos se quedan pequeñas, los objetivos parecen juguetes, mientras el sol abrasa a través de la crema protectora. Y mucha, mucha gente, viendo el impresionante lugar. A pesar de mi afición al descenso de cañones, no procedía en esta ocasión... Sin haber lugar para tanta foto en este blog, podéis encontrar una buena selección aquí. La vuelta se hizo un poco pesada, pero vamos, las cuatro o cinco horas que pasamos yendo de un lado a otro del cañón a ver todas las diferentes vistas, merecieron la pena. Por suerte el frente soviet se libró de los incordiantes angloparlantes y pasamos una tarde entretenida con cena sencilla y luego buscando los bares de Sedona, que los encontramos, y vimos un empeño feroz por parte de muchas señoras (de cuarentaymuchos -cincuentaytantos) en parecer teenagers, tanto en comportamiento como en forma de vestir, conduciendo a imágenes dantescas, rocambolescas y grotescas que me salvé de guardar en mi tarjeta de memoria. Para más inri, en todos los lugares era "la noche del DJ", y tocaba música electrónica. Hubiera preferido mariachis la verdad. Tanto era así que aquello estaba lleno de coyotes, y ni rastro del correcaminos... será que sabe a qué atenerse.
El domingo tocó visitar los alrededores de Sedona, algo más que recomendable. Hay una capilla construida sobre roca, y cada agrupamiento rocoso, incluso parte de sus detalles, tienen nombre propio. Impresionantes e imposibles formas, todas esas que nos suenan a dibujos animados, todas están juntitas y se pueden ver desde desde cualquier altura a la que te subas. Al poco nos juntamos con los rusos y fuimos a un parque estatal (el parque de red rock) donde había rutillas de (senderimo) paseo, y estuvimos unas dos-tres horas bajo un sol de justicia hasta para los que recogen melocotones, por supuesto con tal estruendo que los supuestos pumas, bobcats, rattlesnakes y otros bichos saldrían por patas una milla antes de que nos acercáramos. Se pueden ver muchas fotos aquí.
Y así se pasó el fin de semana en el gran cañón, sin incidentes, sin hablar mucho dadas las dificultades idiomáticas, y dispuestos a comenzar este congreso sin rastro del mítico roadrunner.
6 comentarios:
Vale... lo primero... qué envidiaaaaaaaaaa! Te odiooooo!!! ¬¬
Lo segundo, un día iré, pero ya me acordaré de no llevarme ningunas bambas que me gusten demasiado por si se quedan rojas de por vida xD
Y tercero... qué bien lo explicas, yo casi he visto el correcaminos entre desfiladeros solo con leerte. Seguro que no lo viste porque es muy rápido, segurísisimo!
Dios... te odio otra vez... xDDDDD
Cuando estés en San Diego, ya iré a verte "pasando" por Colorado :P
Por cierto, comment desde Dublín, que como dice Sergio, soy Willy Fogg :D
bueno, seguro que siguen de resaca desde San Patricio... en "dablyn" son así. Espero que no se te haga muy largo lo de esperar.
PD si se te hizo de envidia esta... la del apache trail no quiero pensar qué será... aunque igual ya viste las fotos.
Un besote Romy!
buenas marcos!!!
menudo sitio...allí te tienes que sentir como una hormiga!
das bastante envidia...aunque el calor que habrás pasado...no tanta
bueno, me despido hasta dentro de 10 días que cojo el autobus en 2 horas...aunque estoy pensando en dejarlo para mañana, cosa que no debería hacer pero casi nunca hago lo que debo...
que te diviertas con los partidos que NO voy a poder ver...justo el final de las series...espero poder ver la final...si pasara gasol la podrían retransmitir los de cuatro en directo con daimiel...
pues eso, un saludito y hasta pronto!!!
la verdad es que no hacía tanto calor en sí, pero el sol picaba que da gusto. Para visitar no está nada mal :)
Suerte con los buses, y ale, ya va siendo hora de empezar a hacer lo que se debe hacer. Los partidos, algo habrá que ver ¿no? Hoy igual me lo pierdo, pero el resto al pie del cañón.
Un besote!
bueno pues como puedes observar no me he ido...cosa que no me extraña, vaga hasta para coger un bus...es que me tienen ya muy quemada, sales con un mal cuerpo...y los enlaces son una mierda
pásatelo bien, tenías cena no? lo más seguro es que sí que vea el 4º de la final del oeste
venga chiquillo hasta luego o hasta pronto...bss
bueno, a ver que tal el siguiente bus ;) Mi cena bien, se estiró el jefe lo que siempre viene bien :)
Publicar un comentario