miércoles, 26 de marzo de 2008

Majesty





Por petición popular, nada más salir de comer nos dirigimos al museo aeroespacial. Muchos aviones reales colgados (vaciados por aerotaxidermistas), de todas las épocas, réplicas perfectas. A más de uno le gustaría el lugar, a pesar de estar lleno de gente y de la propaganda. Como elementos destacados, el avión con el que Howard Hugues hizo un Los Ángeles-New York en siete horas batiendo todos los records de la época, una cabina modular de algún Apollo, y mucho avión de combate, jets y a hélice. Impresionante, la verdad. Personalmente, las salas bélicas me dieron un poco de dentera y me dejaron colgado un mono del cuello con el cartel de "Mal rollo", pero duró poco en cuanto nos dirigimos a la zona espacial. Esta propaganda es más amena.

Al salir, tocó caminar. Cruzamos el parque, llegamos al monumento a Washington, bastante grande por cierto y rodeado por un círculo de banderas (tamaña empresa quien las teja). Me atrevería a decir que hay 50, una por cada estado de la Unión, pero sinceramente no las conté. Faltaban dedos ( y ganas). El sol cegaba, las fotos tocaba hacerlas hacia el capitolio, siempre a la espalda. Aún así, tras ver de lejos la choza blanca, fuimos a unas fuentes conmemorativas de la segunda guerra mundial bastante espectaculares con el mármol por todas partes y las frases célebres de Roosevelt. Además de un montón de islotes filipinos apropiados que también aparecen como propios. Muy concurrido, tanto como el camino rodeando una piscina que lleva al monumento a Lincoln. Esto es una especie de partenón con 36 columnas, una estatua del celebérrimo presidente sentado y frases igual de celebérrimas de este caballero. En realidad, todos los "memorials" son así, el de Jefferson que vimos al cerrar el día igual pero en el otro lado del lago (rodeado de cerezos que, a punto de florecer, le daban bastante color al lugar... aunque no tanto como el que estaba por llegar). El único diferente es el de Roosevelt, quien fue presidente tres veces merece un distintivo. Este tuvo que lidiar con la depresión de los años 30 y con la segunda guerra mundial, vamos, le cayó el marrón de los marrones. De ahí que se saliera del tópico.

Semejante carrusel de estatuas encriptadas llevó varias horas de camino, con lo que tocó ir a descansar al hotel y posteriormente volver al centro a cenar algo. Curiosamente, acabamos en China Town de nuevo, con los palillos en la mano (aunque bien podían estar en otro lado) y en un sitio bastante peor que el del día anterior, lo cual me causó un ligero mal genio ante el talante ahorrativo del gran chochín, circunstancia que por otra parte compensa con una cámara de fotos que debe rondar los 800 dolares. Si granito a granito (de arroz, claro está) se llega al premio gordo. Y al otro lado de la acera una tapería con buena pinta... Vamos, que entre la cena y las tres horas extra de coche el día antes, chochín se ha cubierto de Gloria.

Cansados y satisfechos, no podíamos seguir sin conocer el ambiente nocturno de la capital. Tras pasar por la puerta de dos o tres lugares, nos decantamos por una cervecería irlandesa, un par de pintas y el cuerpo pedía colchón a toda prisa. De hecho las tres paradas de metro que recorrimos en el coche de San Fernando el día anterior, en metro fueron. Llegamos apurando al cierre del supermercado, y nos compramos unas galletitas y un zumo para el día siguiente, ya que el hotel no incluía desayuno (si al final lo que no se paga por un lado, va por el otro).



Tras el merecido descanso, pasamos la mañana viendo la Galería Nacional de Arte, donde almacenan con tesón los despojos del arte europeo. Se puede ver un Leonardo (bastante espectacular), algún Velázquez, un par de Murillos, Van Dycks, Rubens, Botticelli, Raphael. Todos de la zona, si si. Y por supuesto otro par de muestras de impresionismo con Monet y Van Gogh. Más que suficiente para sentirse, por unas horas, teletransportado a cualquier capital de Europa. La vuelta a la realidad, a cargo de McDonalds, con el consiguiente deterioro intestinal del grupo entero, que con las energías gastadas en la digestión del vacuno 100% garantizado quedamos baldados. Aún así, el tesón pudo más y fuimos a ver más de cerca la Casa Blanca (tampoco mucho, el perímetro de seguridad es bastante amplio) por la zona del despacho Oval. Muchas fotos, aburridos de que nada pase y camino al metro para visitar otras zonas de la ciudad.

De camino cruzamos con un restaurante llamado "la taberna del alabardero", poco más me hizo falta para imaginar el menú. Vino de muy alta categoría expuesto, platos más que suculentos, y aroma a las cuevas de Luis Candelas en pleno casco antiguo de Madrid. Propuse cenarnos una paella, pero no hubo manera de hacer a chochín subir de 30 dolares la cena. Para ir a restaurantes chinos bien que se anima, ahora el español ya no... En fin. El caso es que subimos al metro y fuimos camino del Pentágono. Bajamos del metro y nos encontramos (como era de prever) que no se podían hacer fotos, y un muro bien largo de cinco lados con ventanas, más feo que el Fary mordiendo limones. Hablando con el portero, dijo que para visitar el interior hacía falta pedir cita previa, y te la daban para más o menos un mes. Olvídate Ward de entrar... Encabecémonos a Arlington.

Y en Arlington están enterrados todos los hijos de la patria caídos en la libertad del resto del mundo, otros países, las de su propio país y un largo etcétera. Detalles: Anda que no es macabro poner monumentos dentro de un cementerio, hete ahí que lo han conseguido. Un memorial de Kennedy sobre sus huesos, uno al soldado desconocido donde cambian la guardia cada media hora en una ceremonia que dura quince, y el mástil del USS Maine sacrificado en la emboscada de Pearl Harbor en memoria de los tripulantes. También hay sitio para los fallecidos en el Challenger y en el Columbia. Curiosamente, el único no americano conocido enterrado allí es un mariscal de campo embajador británico que murió en 1944 durante la IIWW y como rezan las placas, tras la consulta y aprobación tanto del congreso como del senado, se permite que los restos del lord descansen en las consagradas tierras americanas (y para tales reservada). Mucho respeto, cesped bien cuidado, lápidas limpias... Si se lo toman en serio.

En fin, demasiado. A cenar, tocó ir a un restaurante de barra libre de marisco. La calidad era mayor de lo esperado, y estuvimos bien atendidos. Un vinito blanco Merlot a su temperatura, y mejillones al vapor, almejas, cangrejos-rey, carabineros por un tubo. Carpaccio de trucha y caviar naranja. Por supuesto que podias agenciarte una pizza, un arrocito, unos tacos y demás, pero que carajo, habiendo mariscada vamos a comer pizza... que es esto, ¿12 años de edad? No hubo alabardero pero acabé satisfecho (mis compañeros más, ya que desconocían lo que se habían perdido). Y rematar la noche tomando otro par de cervezas en un local de moda lleno de agradables señoritas y caballeros nativos para quienes, como de costumbre, resultamos invisibles.

La mañana del domingo fue visita al museo de historia natural y otro de arte contemporáneo. Por primera vez me resultó interesante algo de lo allí expuesto, aunque no podían faltar el cuadro gris monocromático, o azul monocromático. El de historia natural es un cúmulo de huesos de dinosaurios y otras especies, taxidermismo por doquier de infinidad de especies, e infinidad de pedruscos (preciosos o no). Por ventura estaban todos acompañados de textos explicatorios de corta extensión e imágenes ilustrativas de evolución, formación, y un largo etcétera; subiendo muchos enteros el lugar. De lo más recomendable. Eso si, la cafetería es infame.

Un paseo corto, y a disfrutar por la tarde-noche del evento más esperado, el partido entre los Washington Wizards y los Detroit Pistons, con balance para los locales de +10, para deleite de todos. No llegaron a 100 puntos, con lo que no obtuvimos 2x1 en perritos, pero sí que lo pasamos bien. Hasta me encontré a dos vitorianos sentados casi al lado mío... y a una Cheerleader que se dejaba fotografiar.

Y, sin más que destacar, volvimos al hotel y tras descansar (y pagar) de vuelta al invierno de Nowhere York. En esta ocasión sí que condució el bueno de chochín, y sigo teniendo coche, nieve y temperaturas bajas para estar en primavera.


17 comentarios:

Ana Iniesta dijo...

un road-movie de lo mas grastonomico....e ilustrativo!
un beso

javier dijo...

Me a emocionado la segunda parte. Lo qmas me ha gustado es la rubia q esta contigo, jajajaj

Por cierto, si hubiera estado, yo hubiera comido piza, odio el marisco..

Os echo de meno, besosoos

Reithor dijo...

Hola Ana! Gracias por pasarte. La verdad es que comer en los viajes es muy importante, sobre todo cuando atiendes a algo de variedad que no existe en Nowhere York. No se si tengo que hablar en chino para que alguno me entienda :P

Javi, esa aversión al marisco hay que solucionarla... tendré que llevarte a Galicia, que me da a mi que es ese marisco mediterráneo el que te da repelús. Sabes que estabas en alma. La cheer-leader bien ¿eh?

Alicia dijo...

:D Lo más interesante, para mi gusto: la cheerleader y el partido :D Qué guapa la rubia!! JEjej :P :P :P Me alegro tanto por leerte!!! GRACIAS!
Y... a ver si vamos despidiendo al frío por esos lares, y va llegando ese verde, de otros tiempos de más disfrute anunciante

Muchos besos!

Reithor dijo...

gracias

la rubia, si, estaba de buen ver, como se necesita para su trabajo

Anónimo dijo...

Yo hubiese elegido la pizza tb.. :P

kel dijo...

y una pizza de marisco no se puede pedir? si las hacen de macarrones....asi todos contentos:-P
besoss

Reithor dijo...

lour, no me digas eso que llevo entrenando a hacer mariscadas un porrón. Quería hacer una parrillada de marisco en esa barbacoa que tenemos pendiente desde hace ni sé, dos años cosa así no? Gracias por pasarte :) Un besazo guapa

Reithor dijo...

Las pizzas son todo un arte, las hacen de lo que quieras. Si quieres una pizza de marisco... he llegado a ver gambas (no es tan raro una marinera), aunque está claro que requeriría algún ingrediente más. La pizza de macarrones con salsa buffalo sigue siendo mítica :D

telémaco24 dijo...

Ese Reithor! Me gustó lo de los aerotaxidermistas jejeje

Oye, lo de PQ? en mi blog a q venía? a lo de Paul y Deron?
Si es por eso, la verdad es q le he visto más partidos al primero y mejores de los q le he visto a Deron. Además me transmite mucho más.

Un saludo!

Reithor dijo...

La verdad es que es para verlo el museo, está muy bien. Lo único que está hasta arriba de gente. Hicimos fotos graciosas, que alguna salió, que parece que un avión va a aterrizar sobre tí (pero salen los chinos en ellas)

La pregunta de por qué uno u otro era para para saber los motivos, si es cuestión de gusto o es cuestión de que tiene más talento uno u otro. Desde mi punto de vista, el sistema de byron scott es más favorable al juego del base que el sistema de Sloan, mucho más basado en el juego cerca del aro y menos en el contraataque. estoy seguro de que si cambiaran los bases, cambiarían sus números, pero mira cada cual donde cayó (y contentos han de estar de no haber caído en Miami).

Un saludo campeón, y gracias por pasarte

Roke Iñaki Oruezabal dijo...

Una Cheerleader, un amigo que se llama chochín...sólo faltó pasaros por un Hooters a cenar...

Reithor dijo...

No nos faltó Roke... cenamos en el Hooters XDD

La crónica del partido (más bien de lo que no se ve en la tele) puedes verla en

http://nbadicto.blogspot.com/2008/03/qu-sucede-cuando-los-comentaristas.html

Un saluro campeón

Anónimo dijo...

Vaya, por fin puedo escribirte algo! Aunque veo que en mi no piensas nada de nada en lo que a gastronomía se refiere te perdono por lo de "Estrejazz" (Me ha llegao...) Lo de la chirli veo que ha triunfado, veamos... DAME UNA M! DAME UNA A! DAME UNA R!... XD

Reithor dijo...

La gastronomía, como bien sabes, es una de mis pasiones... y salir de este lugar a un sitio donde hay opciones varias como es una ciudad hay que aprovecharlo. Ya sabes que yo no me limito en ese campo, hay que comer de todo :)

Un besote guapa

Irving el navegante dijo...

Sigo con retraso y se me acumula el trabajo...

Prefiero no mirar las identidades de los indocumentados que prefieren la pizza al marisco... por favor no os crucéis conmigo salvo que haya una mariscada de por medio (más para mi).

Por cierto, en Coruña fantástico... ¿no te llegó mi mensaje multimedia desde Santiago?

Reithor dijo...

no... no me llegan mensajes de texto desde fuera de USA. ya sabes, este es un país libre, y Verizon es libre de no entregarme mis mms ni mis sms.