Ciclo

90 días, que acabaron donde empezaron (en el aeródromo de Massena). Durante todo el otoño compartiéndolo todo, y una vez más, como todo, se acaba... y sólo queda la marca, los recuerdos, las fotos y aquello que se olvidó. Ah, y la ilusión de poder volver a repetir, y saber que tengo un nuevo amigo, para los ratos buenos, los malos, la piscina, las cañas, los viajes, la cocina, experimentos. Esas cenas con palillos, despertadores desincronizados, ese club de español, esas clases de inglés, los "Cops" y Tila Tequila en la tele, el puré de patatas, las pizzas de dos pisos, las charlas pateando de vuelta. Aguantarme los mosqueos, también. Comprensión, complicidad. ¿Qué mas? Comer en los seminarios, los pancakes de media noche, la calle de atrás, los disfraces de haloween... Que nos vemos en navidades, o si no el año que viene.




Menudo tocomocho, que te hayan cambiado por una montaña de nieve.