La luna estaría encantada de volver a aquellas escaleras del Sacre Coeur, para dejar que las manos juntas de los amantes la apretasen y así llorar sus alegres lágrimas de luz sobre cada farola, y dar sentido a la fama del lugar.
El sol se muere de ganas por dejar de estar tan lejos, y recoger el guante arrojado por el calor que los amantes desprenden entre cada una de las muestras de amor felizmente derrochadas.
La tierra, desesperada, no cesa de buscar dónde atesorar el cariño que sudan los amantes, hasta que, sin encontrar solución, lo dejó encima de todo y cubrió hasta tres cuartas partes con vida en su punto de sal.
Un punto y aparte por cada vuelta, una esfera por cada uno, y ninguno podría vivir sin los otros dos.
4 comentarios:
empezamos un nuevo ciclo
te queremos
Veo las escaleras que conducen al Sacre Coeur y me canso sólo de recordarlas...
aunque merece la pena
Abrazos, compañero
El otoño comienza a descender por esas escaleras, como las hojas tus palabras vuelan por París.
Preciosa combinación de música y nostalgia quillo, un abrazo
Buenas! qué tal todo?
Por si te interesa, estáte atento mañana a la página de elcuentacuentos que dicen por ahí, que retoma su actividad!
Por si te interesa (segunda parte): he subido una recopilación de relatos (unos publicados en el blog y otros inéditos) a bubok: http://metalsaurio.blogspot.com/2011/10/mi-primer-libro-el-abismo-por-chistera.html
Espero que el chavalín bien :D
Un saludo.
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