domingo, 7 de junio de 2009

Cuando Ulises divisó Itaca


Un buen día, el futuro decide descorrer las nubes que lo ocultan y mostrarse, como el sol, iluminando lo que va a suceder en los próximos meses salvo imprevistos. La sombra de la incertidumbre se transforma en color, en fragancias, todo cobra sentido con la luz de borró todos los imprevistos que nublaban el horizonte. Horizonte al que hay que caminar, día a día, paso a paso... sabiendo que no persigues un arco iris sino algo real. El sueño que tan persistente visitó los períodos de descanso de los últimos años se ha materializado sin más allá lejotes. Solo hay que ir hacia allá.

Y es el paso del tiempo, lento y tedioso, el que acompaña este tramo final del camino. Saber que el exilio tiene fecha de caducidad ralentiza el reloj, empantana el girar del planeta, haciendo de cada día sin ti un Sahara por cruzar, o un glaciar sobre el que dormir pensando que queda un día menos en esta travesía que ya toca a su fin. Uno nunca está solo en la cama, tu ausencia la llenan mil preguntas. ¿Cómo habrá cambiado todo en mi ausencia? ¿Quedará algo, o alguien que me reconozca? ¿Cómo habré cambiado yo? Todo cambios, si... cuando el sueño se muestra en el horizonte sólo se ve su esplendor; habrá que ver si una vez allí todo es como aparece en el sueño.

Mientras tanto, me abrazaré a los recuerdos, a todos los buenos momentos vividos antes. Son lo que hay que superar una vez llegue a ese sueño, ya real, que me espera al final del camino. Baldosas amarillas dirían muchos; yo creo que es más haber salido de la jungla y dirigirse de nuevo allá a casa.

Lo que sí se ve desde el horizonte es la parte del sueño más importante, quién espera bajo esos rayos de sol. La esencia del sueño es la que es.


3 comentarios:

Neus dijo...

Buoh... Son sentimientos tan conocidos todos esos. Lo lento que se hace el final, cuando ya lo ves.

Y lo precioso que será cuando ya estés aquí. Para mí, la primera semana fue la mejor en mucho, mucho tiempo, y se pasa tan rápido...

Ánimo que queda poquito! :D


Yo ahora ando al revés, rezando para que el tiempo se pare para siempre ;)

Esther dijo...

Yo como Neus, quiero que el tiempo se pare o no vaya tan rápido al menos, en fin... Y mañana, mañana será horrible para mí y quiero que llegue para quitármelo todo de encima pero, a la vez no quiero ir de ninguna de las maneras. Suena contradictorio ¿verdad?

Ya dicen que las apariencias engañan. Es mejor no fiarse de algo, hasta que lo estemos saboreando, así nos podremos evitar futuras decepciones o al menos si algo no es como creíamos podemos tomárnoslo mejor. Cuando ciertos sueños se materializan es de lo mejor.

Saluditos.

kel dijo...

Al final la realidad será mucho mejor que los sueños, seguro.
A usar los sueños de motor extra para la recta final, que no queda nada!
Mil besos