sábado, 10 de diciembre de 2011

Drowler

¡Volvemos con el cuentacuentos otro domingo! Esta semana la frase es:



<<No sabía que en la guerra hay monstruos más terribles que el hombre. Es por ello que escribí una carta a Confucio, o así se hace llamar, y ese fue el origen de esta carta:


El hombre es el más terrible ya que creó a esos nuevos monstruos aún más terribles, pero son los propios monstruos los responsables de sus actos”.


Se estiró más de lo habitual el cabrón. Lo cierto es que poco importa su origen, así como poco, o nada, importa el auténtico origen del propio hombre. ¿O acaso pensabais que el hombre no procede de un monstruo anterior? No es la respuesta a todas las dudas existenciales que atenazan al hombre en su conocido punto débil: la conciencia. Pero en la guerra no se respeta nada, ni siquiera las dudas existenciales. Y son esas rendijas en unos monstruos cada vez más perfeccionados, pero que envejecen y acaban por destapar el evidente anacronismo límite de su especie, para ser devorados por la siguiente generación de monstruos.


¿Quienes serán esos monstruos llamados a eliminarnos de la faz de la tierra? Lo habitual es verlos expresados en la mitología popular: uno, sólo uno, existe. El resto son leyendas. ¿Serán los vampiros quienes nos sometan con su insaciable sed de sangre? ¿Nos volveremos todos licántropos? ¿Acabaremos recompuestos en miles de Frankensteins? ¿Habremos de volvernos zombies sin más objetivo que el de la antropofagia? ¿Saldrán las momias de las pirámides para dejarnos a todos dentro como si de ganado nos tratáramos? ¿Volverán las plagas? ¿Cualquiera de los miles de peligros alienígenas parodiados en el cine?


Hay tantos... que ninguno de ellos puede ser real.>>


Releyó la carta de Confucio a la luz de una luna semidesnuda bajo su hijab de nubes, sin darse cuenta de que por sus bordes el papel se empezaba a deshacer, mezclándose con su propio ser; y al despertar del shock sintió la necesidad de exterminar a tanto humano maloliente.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Constance

Ante un evento como el retorno de El Señor de las Historias en el cuentacuentos, no se puede faltar a la cita aunque estemos oxidados por este lado del mundo. Allá vamos.

Constance


"Deseaba que fueras tú. Lo deseaba con toda mi alma." Esa frase fue la primera que entendió dentro de aquel cerebro que había ocupado, consecuencia de que, casi por accidente, se había salvado el planeta. Aún no tenía muy claro en qué consistía el alma, pero ese detalle sin importancia no iba a frenarle para conseguir sus objetivos. Llevaba tiempo observando a los terrícolas, primero desde su ventajosa posición de invisibilidad y más adelante en diferentes formas de animales aún más inferiores, todo para dilucidar si iba a ser posible usar estas primitivas formas de vida basadas en carbono como huéspedes para una hipotética ocupación de aquel planeta. Finalmente decidió abordar a un individuo para comprobar que la infección tenía éxito.

Inicialmente le enviaron a aquel sector de la galaxia para quitársele de encima, un dulce destierro que le sirvió para esquivar por última vez la fatal implosión a la que pensaban someter. La única vía de escape, encontrar en aquella inhóspita galaxia -conocida con el absurdo nombre de “vía láctea” en el primitivo planeta- un destino colonizable. A punto de tirar la toalla, una estrella pequeña más, de esas con un pequeño número de planetas alrededor, y se encontró con aquel pedazo de hierro relativamente pequeño orbitando a seiscientos segundos-luz de la angosta estrella. Y encontró algo que nunca había imaginado: todo un ecosistema que, a diferencia de los conocidos, estaba basada en el tóxico carbono y los igualmente embriagadores nitrógeno, hidrógeno, oxígeno... malo malo. Si aquello había sucedido, se encontraba tan lejos de casa que la teoría de unificación de las fuerzas empezaba a desviarse de su linealidad inherente. Pero era digno de estudio.

“... con toda mi alma”. No conseguía, ni siquiera rememorando su particular odisea, quitarse aquello de la cabeza. No comprendía a qué podía referirse, y por primera vez en su casi infinita vida estaba turbado ante aquel concepto.Más adelante investigaría sobre ello.

Tras diez mil vueltas del planeta a la estrella, había ido habituándose poco a poco a su atmósfera, y estaba en disposición de acercarse a ocuparla. En este tiempo había visto desde su órbita cómo una especie se había desarrollado abusando del medio ambiente, evidencia de la aparición de una especie de inteligencia primaria dominada por impulsos instintivos e irracionales. El huésped perfecto, de no ser por su complicada química... aunque en definitiva, la adaptación había sido más rápida de lo esperado. Y así bajó, a estudiar aquella rudimentaria y peculiar civilización.

“...mi alma”. Tenía que recuperar sus objetivos, su misión era demasiado importante para su civilización, aquella que le castigó pero que aún tenía el deber de velar por ella.

En algún lejano momento decidió, tras el estudio, adaptar la forma de aquellos bípedos seres para interaccionar y estudiar la mejor manera de acometer una infección masiva que permitiera el desarrollo y la adaptación de su propia especie. Tras haber infectado a un individuo sucedió, nada más entrar en el primer lugar social, que perdió el control de aquel cuerpo con aquellos extraños elementos y una bioquímica tóxica le invadió en cuanto se fijó en un especimen del género opuesto. No podía controlar la aparición de multitud de moléculas, señales físicas de un lado a otro, todo se le vino abajo y de manera autónoma empezó a moverse solo. Emitía ondas acústicas respondiendo a las que recibía, se le aceleró el movimiento de aquel fluido rojo cargado de minerales, el bombeo se desbocaba. Se desmayó.

“Alma. Alma. Ama, alma”. El eco infinito reverberaba sin cesar por todo el huésped.

Apareció solo, en un receptáculo relativamente pequeño aunque suficiente donde aquellos seres descansaban. Atenazado, turbado, minimizado hasta querer desaparecer. Salió a la calle, en busca de aquel complementario ser, pensando que únicamente vivirían en parejas y que tal vez ahí estaba el fallo, cuando sintió un leve golpe de atención en el hombro, por la espalda. Ahí fue la primera vez que consiguió descodificar aquellas señales de baja frecuencia que sucedían a menudo en su cabeza, ése fue su primer pensamiento.

“Deseaba que fueras tú”.

Sin saber siquiera qué es el alma, se había enamorado; y en el olvido cayó el deseo de retorno de su destierro y la infección letal de aquel planeta, hasta la más profunda amnesia descendió su anterior existencia, viéndose su yo inundado por las extrañas interacciones de aquellos átomos tan improbables para la vida. Y es que con aquel toque perdió su capacidad para infectar a nadie, y cualquier vestigio de origen extraterreste.

Nadie se dio cuenta, pero la vida tal y como la conocemos continúa así debido a aquella inocente acción de una curiosa chiquilla capaz de distinguir su auténtica naturaleza, queriendo saber cómo volverse tan fluorescente como sólo ella veía a aquel brillante individuo de andares patizambos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

I I I




 La luna estaría encantada de volver a aquellas escaleras del Sacre Coeur, para dejar que las manos juntas de los amantes la apretasen y así llorar sus alegres lágrimas de luz sobre cada farola, y dar sentido a la fama del lugar.


 El sol se muere de ganas por dejar de estar tan lejos, y recoger el guante arrojado por el calor que los amantes desprenden entre cada una de las muestras de amor felizmente derrochadas.

 La tierra, desesperada, no cesa de buscar dónde atesorar el cariño que sudan los amantes, hasta que, sin encontrar solución, lo dejó encima de todo y cubrió hasta tres cuartas partes con vida en su punto de sal.

Un punto y aparte por cada vuelta, una esfera por cada uno, y ninguno podría vivir sin los otros dos.

jueves, 7 de julio de 2011

El día del nombre



Así lo llaman en la serie de moda. Tal día como hoy compartiré un secreto, reciente eso sí: La canción citada ha resultado ser una nana excelente. Y me viene estupenda para compartirlo con el mejor regalo que me han hecho nunca.

lunes, 14 de marzo de 2011

Usureros no, gracias

Leo en El País que hay una ley centenaria que declara delictiva la práctica de la usura, y que con la jurisprudencia sentada, declara usureros delictivos a buena parte de entidades bancarias, cofidises y otros -llamémosle por su nombre- usureros.

¿Tendrá aplicación para el desbarajuste hipotecario nacional?

¿Será la salvación de tantos españolitos con el agua al cuello?

Desgraciadamente, creo que en este asunto se impondrá, una vez más, la presteza (o no) de la justicia en general, y la justicia no mediática en particular. Otra vez que se nos va a escapar la arena entre los dedos.

domingo, 6 de febrero de 2011

El infierno se queda frío




hacía mucho tiempo que las puertas del infierno no ardían a muerte; pero mucho, muchísimo más que no se congelaban. Y eso es lo que sucedió cuando, con una Les Paul entre los brazos, Gary le dio al picaporte. La escarcha se esparció, todos se volvieron a ver quién era, y solo se vieron unos rizos dejando fluir el Blues más allá de sus puntiagudas orejas.

De entre la multitud, Phil dio un paso al frente y le dio la bienvenida... los chicos estaban de vuelta en el pueblo. Qué envidia, con qué música les deleitaréis. Aquí te echaremos de menos, Maestro.

viernes, 28 de enero de 2011

Today



Pedido de última hora, gotas de lluvia fría que en la ventana se agolpan; un estresado al maletero pegado, con sus luces de cruce bailando. Cortina gris que las estrellas cubre, brisa gélida que de arañazos la piel nutre.

Estas y mil trabas más están por venir, pero siendo viernes no dejaré de sonreír.

lunes, 24 de enero de 2011

El peor día del año



Los estadistas han analizado que hoy es el peor día del año, el último día antes de comenzar a cobrar el mes antes metidos en plena cuesta de Enero.

Pues el peor día del año, con temperaturas propias del mes más frío del año, ha salido lo suficientemente soleado como para tener facilidad en encontrar motivos que te hagan sonreír, y no solo poner esa típica mueca de morder limones tan propia del sol de invierno atravesando nuestras pupilas. Una pizca de calor se cuela por la piel, un pequeño trago de agua nos puede refrescar durante un rato, y otros mil millones de detalles tan abundantes en el mundo que pueden ser suficientes para salir de la espiral pesimista que lleva varios años instalada entre nosotros. Cualquier cosa sirve, hasta imaginarse el lento fluir de la savia por el interior de un árbol latente, hibernante, pero sabedor de que su primavera está un día más cerca.

martes, 23 de noviembre de 2010

El baile



Risillas, ánimos, saludos, cordialidad. Bajo el aliento de esas palabras, el aire serviría para encordar una guitarra. Y todo para evolucionar de hienas a corderos, todos en fila para pasar por el matadero.

Cuántas cosas somos capaces de guardar por dentro, pensando que no se nos notan. Pero sí se notan, sí. Hace falta un espejo de esos que reflejan toda la verdad, y no habría más que angustia, nervios, envidia, desconfianza, y cosas mucho peores.

jueves, 7 de octubre de 2010

Für Elise